Este delicioso álbum infantil explora la amorosa relación entre un padre y su retoño.
El amor que siente papá oso hacia su cría es muy muy grande. Más grande que un rascacielos o que el planeta mayor de todos.
Edad Recomendada: De 0 a 3 años
Siempre encuentro lo que busco y tambien muchas novedades. La atención en su tienda fisica es genial. Los recomiendo 100 %.
La experiencia ha sido muy buena. llego mi pedido a tiempo y todo conforme. Gracias, seguire comprando en vuestra tienda.
Necesitaba un producto que no estaba en stock en la tienda y me lo han servido. Tardó unos días pero me lo consiguieron. Da gusto comprar en sitios como este.
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El amor que siente papá oso hacia su cría es muy muy grande. Más grande que un rascacielos o que el planeta mayor de todos.
Edad Recomendada: De 0 a 3 años
Macarena está triste y se siente vulgar porque no sabe ir en bicicleta ni andar sólo con dos patas como las otras vacas. De noche, las gallinas de su granja traman un plan para que la Maca recupere la autoestima. Y por la mañana<(>&<)> ¡Macarena ha puesto un huevo! Ahora es más especial que ningún otro animal de la granja y además, todos los periódicos hablan de ella<(>&<)>. Esto despertará dudas y envidias en toda la granja.
Edad Recomendada: A partir de 4 años
Pimpollo lleva un día de perros, en el peor sentido: lo han echado de su mansión, ha tenido que rebuscar en la basura, ¡y sigue sin recuperar su preciosísima melena! Y esa garrapata tan pesada sigue pegada a su cuello. ¡Menudo desastre!
Además, las calles están llenas de peligros. Por ejemplo, King Kong, el terrible perro de los ladridos potentísimos que monta guardia frente al supermercado, y al que no le hace ninguna gracia que Pimpollo haya puesto una pata en su territorio. ¿Será la ayuda de sus nuevos amigos, Flecha y Gordon, suficiente para enfrentarse a él?
Nueva ciudad? ¿Nuevo cole? ¿Nuevos amigos? ¡Los problemas de siempre!
Tienes que leer mi diario. O nunca sabrás cómo empezó el sábado más horrible de mi larga vida de ocho años.
Ni por qué el padre de mi amigo se rascó el culo delante de mí (no es broma).
Ni por qué mi madre acabó remojando mis piezas de Lego en el café.
Ni cómo acabé escribiendo este diario.